Aunque una fisura anal se puede curar mediante un tratamiento conservador a base de una dieta rica en fibra y con la ayuda de pomadas o baños de agua templada, en ocasiones estas recomendaciones médicas no son suficientes y se necesita recurrir a una intervención quirúrgica.
El Dr. Alberto Parajó, como coloproctólogo profesional, está habituado a diagnosticar y tratar fisuras anales en su día a día. Por ello, le ofrece toda la información que se necesita antes de someterse a una cirugía de esta índole.
¿En qué consiste la cirugía de la fisura anal?
La fisura anal es herida muy molesta que se pone de manifiesto a la hora de ir al baño. Estas molestias pueden llegar a ser muy intensas mezclando dolor, picor, escozor y quemazón, que incluso pueden durar varias horas después de defecar.
Un alto porcentaje de estas fisuras son capaces de curarse y cicatrizar con un tratamiento conservador sin necesidad de una intervención quirúrgica. Sin embargo, el paso por el quirófano se hace indispensable para aquellos pacientes que no responden de forma favorable al tratamiento conservador que le ha indicado el médico y para aquellos que presentan un cuadro de dolor intratable con las medidas habituales. De hecho, para este último grupo se necesita recurrir a una cirugía de urgencia.
La cirugía de la fisura anal consiste en una operación que pequeña en la que se lleva a cabo una esfinterotomía. Esto implica que el cirujano realice una incisión de aproximadamente un centímetro dentro del tejido que cubre el esfínter, seccionando de esta forma el esfínter lateral interno.
Esta intervención por norma general es muy exitosa ya que los pacientes no suelen tener ningún problema más de fisuras anales. Además, la recuperación de esta operación suele ser rápida y con apenas molestias y dolor.
¿Cuál es el tiempo de recuperación de una cirugía de fisura anal?
La operación de fisura anal implica que el paciente permanezca al menos un día hospitalizado por si surge alguna complicación el posoperatorio. Aún así, en algunos casos se realiza esta operación de forma ambulatoria, es decir, se permite abandonar el hospital unas horas después de la intervención.
Al marcharse a casa, el doctor suele dar unas indicaciones concretas sobre cuáles son los cuidados post-quirúrgicos que se deben llevar para una buena recuperación. Además, previamente el equipo de enfermeros del hospital realizará la primera cura para que el paciente compruebe como debe hacerse esta una vez que ya esté en su hogar. Dentro de estas recomendaciones del doctor y de los enfermeros se suele incluir:
- Realizar dos o tres baños de asiento al día.
- Seguir una dieta rica en fibra que permita hacer heces blandas y evite el estreñimiento.
- A la hora de la deposición no se debe permanecer mucho tiempo sentado ya que puede perjudicar a la herida y causar su sangrado.
- Evitar utilizar pomadas en la herida.
- No levantar objetos pesados para no sufrir desgarros o retrasar la cicatrización.
- Utilizar cojines de donuts a la hora de sentarse para no realizar presión en la zona de la operación.
El paciente no se recupera totalmente de la cirugía de la fisura anal hasta que pasan tres semanas desde el alta hospitalaria, aunque este periodo depende del tiempo que tarde la cicatriz de la herida en curarse. Para que este proceso no sea tan extenso es aconsejable que se siga al pie de la letra los consejos que anteriormente indique el cirujano.
Si padece una fisura anal y tiene alguna duda sobre el tratamiento para mitigar el dolor y las molestias o quiere conocer más en profundidad todo lo que implica una intervención quirúrgica, puede solicitar una cita previa con el Dr. Alberto Parajó, el cual le explicará todo con detalles.