Dado que puede existir cierta confusión entre ambas dolencias, en este artículo vamos a explicar las diferencias entre una fístula anal y un absceso anal, dos condiciones que afectan a la zona del ano y el recto y que pueden causar molestias e infección. Una explicación que es posible plasmar en este artículo gracias a la larga experiencia del Dr. Alberto Parajó Calvo, especialista en cirugía del aparato digestivo en Ourense y Vigo.
¿Qué es un absceso anal?
Un absceso anal es una cavidad infectada que se forma cerca del ano o el recto y que contiene pus en su interior. Se produce por la obstrucción de las glándulas anales, que son unas pequeñas estructuras que lubrican el canal anal. La obstrucción puede deberse a bacterias, heces, materias extrañas o enfermedades como la enfermedad de Crohn, el cáncer, el trauma o la radioterapia.
Síntomas de un absceso anal
- Dolor intenso y constante en la zona anal, que puede irradiarse a la ingle o al abdomen.
- Enrojecimiento, hinchazón y calor en la piel que rodea el ano.
- Fiebre, escalofríos y malestar general.
- Drenaje de pus o sangre por el ano.
El tratamiento consiste en el drenaje quirúrgico del pus, que se puede realizar con anestesia local o general. El objetivo es aliviar el dolor y evitar complicaciones como la propagación de la infección o la formación de una fístula anal.
¿Qué es una fístula anal?
Una fístula anal es un trayecto inflamatorio que se forma debajo de la piel de la zona que bordea el ano y que comunica el interior del canal anal con el exterior. Se origina como una complicación de un absceso anal previo, que no se cura adecuadamente y deja una conexión entre la cavidad infectada y la superficie cutánea. También puede deberse a otras causas como las enfermedades de transmisión sexual, la diverticulitis, la mala cicatrización tras una cirugía o los tratamientos de radioterapia.
Síntomas de una fístula anal
- Dolor al defecar o al sentarse.
- Drenaje persistente de pus, sangre o materia fecal por un orificio cerca del ano.
- Hinchazón, enrojecimiento e irritación en la piel perianal.
- Fiebre, cansancio y pérdida de peso.
El tratamiento en este caso depende del tipo y la localización de la misma. Existen diferentes técnicas quirúrgicas para cerrar el trayecto fistuloso y preservar el funcionamiento del esfínter anal.
Diferencias entre una fístula anal y un absceso anal
Como ya ha podido ver, efectivamente existen diferencias entre una fístula anal y un absceso anal. Siempre será un especialista en cirugía del aparato digestivo el que determine el tipo de dolencia, pero para que las pueda conocer, estas son diferencias más destacadas:
- Un absceso anal es una cavidad infectada llena de pus, mientras que una fístula anal es un túnel inflamatorio que conecta el canal anal con el exterior.
- Los abscesos se producen por la obstrucción de las glándulas anales, mientras que una fístula anal se origina, normalmente, como una complicación de un absceso anal previo.
- Un absceso anal se manifiesta con dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón y fiebre, mientras que una fístula genera dolor al defecar o pérdida de peso.
¿Piensa que puede padecer un absceso o fístula anal? En ese caso pida cita en la consulta del Dr. Alberto Parajó Calvo en Ourense o Vigo y podrá hacer un diagnóstico.